La Noche oscura del alma
En una noche oscura con ansias en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada
A oscuras y segura por la secreta escala, disfrazada, ¡oh dichosa ventura!, a oscuras y en celada, estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa, en secreto que nadie me veía ni yo miraba cosa sin otra luz y guía sino la que en el corazón ardía.
Aquesta me guiaba más cierta que la luz de mediodía adonde me esperaba quien yo bien me sabía en parte donde nadie parecía.
¡Oh noche, que guiaste! ¡Oh noche amable más que la alborada! ¡Oh noche que juntaste amado con amada, amada en el Amado transformada!
En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba allí quedó dormido
y yo le regalaba y el ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena cuando yo sus cabellos esparcía con su mano serena
en mi cuello hería y todos mis sentidos suspendía.
Quedéme y olvidéme; el rostro recliné sobre el amado; cesó todo, y dejéme
dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado.
En una noche oscura con ansias en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada
A oscuras y segura por la secreta escala, disfrazada, ¡oh dichosa ventura!, a oscuras y en celada, estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa, en secreto que nadie me veía ni yo miraba cosa sin otra luz y guía sino la que en el corazón ardía.
Aquesta me guiaba más cierta que la luz de mediodía adonde me esperaba quien yo bien me sabía en parte donde nadie parecía.
¡Oh noche, que guiaste! ¡Oh noche amable más que la alborada! ¡Oh noche que juntaste amado con amada, amada en el Amado transformada!
En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba allí quedó dormido
y yo le regalaba y el ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena cuando yo sus cabellos esparcía con su mano serena
en mi cuello hería y todos mis sentidos suspendía.
Quedéme y olvidéme; el rostro recliné sobre el amado; cesó todo, y dejéme
dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado.
Poema de San Juan de la Cruz
"Atribulados en todo, mas no aplastados;
perplejos, mas no desesperados;
perseguidos, mas no abandonados;
derribados, mas no aniquilados.
Llevamos siempre en nuestra persona el morir de Jesús,
a fin de que también la vida de Jesús
se manifieste en nuestra persona"
perplejos, mas no desesperados;
perseguidos, mas no abandonados;
derribados, mas no aniquilados.
Llevamos siempre en nuestra persona el morir de Jesús,
a fin de que también la vida de Jesús
se manifieste en nuestra persona"
San Pablo (en 2ª Cor. 4, 8-12).
“La noche oscura es el emerger de Dios dentro del alma, la cual es depurada en su ignorancia e imperfecciones: habituales, naturales y espirituales; siendo llamada por contemplaciones saturadas de contemplaciones o de teología mística. Así Dios, secretamente enseña al alma y la instruye en su perfección de amor, sin hacer nada o sin entender la naturaleza de las contemplaciones.”
San Juan de la Cruz
Mi alma anhela a Dios,
pero siento que me ha abandonado.
¿O he sido yo quien se ha alejado?
Debo caminar a oscuras...
¿es la fe mi farol?,
a pesar de mis certeras incertidumbres
¿cómo afirmar la existencia de Dios?
No le puedo hallar fuera de mi
sino dentro mío...
mas a esta hora de negrura
Debo vencerme mi sombra
y así cuando esté derrotada
pueda ser entera de Dios
y Dios mío
La luz del sol brillará y afirmaré
Yo soy Dios...
Tú eres Dios...
Todos somos Dios...
cariños
Onis